Arde París

Tomás Roncero

La imagen no es nueva en estos últimos años. Messi, cabizbajo y eliminado. Era una competición menor, la Copa de Francia, pero que nadie olvide que los últimos ocho títulos los había conquistado el PSG sin despeinarse. Y justo llega en verano Messi como fichaje diferencial, determinante y decisivo, con una campaña interna del club parisino que dejaba en tercer lugar a Mbappé (el segundo es para Neymar). Eso terminó empujando a Kylian para decidirse por el Madrid, donde se le recibirá como Capitán General de los Ejércitos Merengues. Messi lució el '10' mítico del Barça y eso no le dio para meter siquiera un gol en los 90 minutos al 'todopoderoso' Niza. Una escena que se repite con Leo desde 2016 (Turín, Roma, Liverpool, Lisboa, París...).

Quedan dos semanas para la primera final de la madre de todas las eliminatorias de Champions. Claro que esa noche puede encendérsele la lámpara y rescatar ese talento indiscutible que durante años le mantuvo en la cumbre junto a Cristiano. Pero el caldo de cultivo del equipo parisino no ayuda. Pochettino sigue en el cargo porque Zidane se resiste a morder el escudo que ha dignificado durante dos décadas. Además, un marsellés fichando por el PSG es como imaginar a Butragueño marchándose de CEO al Barça...

Tampoco sabemos si en la portería estará Keylor Navas o Donnarumma, si llegarán a tiempo Ramos (me duele verlo con otra camiseta, casi prefiero que Sergio no juegue ese día) y Neymar, si los ultras dejarán tranquilo a Mbappé… Muchas incógnitas en un gigante que parece desangrarse por los cuatro costados por la falta de empatía entre los dirigentes, el staff técnico y una plantilla millonaria y caprichosa. Real Madrid, aprovéchalo.

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