Al Barça le sobraba azúcar

Juan Jiménez

Después de meter 21 goles en los últimos siete partidos, el Barça se secó inesperadamente. Un partido que prometía goleada terminó en un 0-0 preocupante. La afición del Galatasaray, que jugó como merece un equipo con historia y orgullo, se marchó enloquecida del Camp Nou pensando que, por qué no, eliminar al Barça en Estambul es una tarea posible. Un aplauso para Doménec Torrent. Hace unos meses, compartió días en Doha con Xavi. Observó sus entrenamientos y de ahí se llevó unas cuantas pistas que, mezcladas con sus conocimientos históricos del Barça le dieron suficiente información para plantear un partido inteligente y serio, en el que sufrió lo justo.

El Barça estuvo pastoso y se terminó frustrando y desordenando. Un entrenador no hace cuatro cambios en una hora de juego si el asunto está funcionando. Y Xavi, como todos, debe pensar que se ha pasado con los terrones de azúcar en forma de elogios a sus jugadores. Al Barça le faltaron intensidad, ideas y creatividad. El Adamasistema puede llegar a volverse diabólico y, esta vez, Pedri no frotó la lámpara, Dembélé no encontró caminos y Ferran, Memphis y Aubameyang pasaron por el partido de puntillas. Y cuando llegaron, estaba Iñaki Peña. Viéndolo parar, ágil, valiente y resuelto, resulta inaceptable ver a Ter Stegen jugar casi por decreto y todo desde hace seis años.

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