Sólo eran 13,4 kilómetros de lucha contra el reloj, pero lo suficientemente exigentes, con un duro repecho final de 700 m al 8,7% de promedio que conducía a meta, para ver diferencias significativas en la clasificación general. Tantas como que para en los últimos cuatro días de montaña solo aparezcan tres hombres en la pomada: Simon Yates, Primoz Roglic y Wout van Aert. Fue el belga, por un escaso margen de dos segundos sobre el esloveno, quien se anotó la victoria en esta además de enfundarse el maillot amarillo de líder. Por su parte, el británico quedó a solo 11 segundos, el mejor de los favoritos, evidenciando un gran estado de forma que, de no ser por el tiempo perdido en la primera etapa, habría mermado la tranquilidad de un Jumbo-Visma que por De locos.