La Real Sociedad se despide de Europa con la sensación de que, quizá, podía haber hecho algo más en este partido de vuelta contra el Leipzig, si hubiera jugado con la misma idea y la misma intención de las ultima media hora de juego desde el principio. Porque volvió a jugar con cinco defensas, y los donostiarras no fueron todo lo competitivos que demandaban el momento. La sensación es que la primera parte se le escapó entre los dedos de forma incomprensible, y que cuando quiso reaccionar, en la segunda mitad, ya era demasiado tarde como para poder soñar con darle la vuelta al marcador. Y eso que lo buscaron, porque en ningún momento bajó los brazos, pero no pudo ser. Porque el Leipzig se mostró superior en todo momento, y porque parece que la Real tampoco llegaba en su mejor momento a esta eliminatoria.