El humo que sale de unos cañones situados detrás de la portería para anunciar la llegada de un gol salió disparado en el Arena Riga de Letonia. El tanto no subió al marcador, ya que el balón salió por la línea lateral en la acción previa al tanto. Fue el único momento en el que se vio ese humo sobre las inmediaciones defendidas por Dídac en la ya que el Barça mantuvo su portería a cero y anotó cuatro goles para batir a su verdugo de la final del año pasado, el Sporting CP, y proclamarse campeón de Europa por cuarta vez en su historia, a sólo un título del Movistar Inter, rey del Viejo Continente con cinco trofeos. Y los culés lo hicieron a lo grande, con una actuación excelsa, solidaria en defensa, creativa en la construcción y letal en la definición con la que jugadores como Carlos Ortiz y Sergio Lozano (marcó su gol número 300 con el Barça) igualan el récord histórico de cuatro títulos continentales de Gabriel. Una tarde inolvidable.