De los tres aspirantes al ascenso directo, el que pasó una noche más tranquila, casi con masaje incluido, fue el Eibar. No dio ni la más mínima opción al Tenerife, que si no salió goleado de Ipurua fue por la fabulosa actuación de su portero Soriano y el desacierto del frente ofensivo armero. Los pupilos de Garitano salen de esta penúltima jornada con todas las bendiciones para volver a casa, a Primera. Son líderes y el empate del Almería ante el colista les da más cartas para jugar en el cierre del ejercicio, en Alcorcón. Les vale con igualar lo que hagan los andaluces. El Valladolid, que sudó la gota gorda ante un Ibiza con diez, está a dos puntos. Puede darse un triple empate, que también vale a los azulgrana y apearía de la carrera a los andaluces. El Eibar celebró el triunfo con el transistor en la oreja, ya que si llega a empatar el Pucela, el ascensor hacia la élite se habría activado.