Paseo de los Celtics ante unos Heat que son el Titanic
Los Heat terminaron pronto un partido que nunca empezaron. Erik Spoelstra sacó a Jimmy Butler con más de 3 minutos para el final del tercer cuarto, lo sentó en el banquillo y no le volvió a sacar. Algo normal tal y como se desarrolló un encuentro que pareció casi de entrenamiento para los Heat, que se hundieron como el Titanic en el fondo del Atlántico. No hubo forma ni manera de que hubiera algo que se asemejara a una reacción y todo lo que pasó en la primer cuarto, se acrecentó en el segundo, no se solucionó en el tercero y acabó por hundir en la miseria a un equipo que dio la sensación de que se conformaba con la victoria en el tercer partido y la recuperación de la ventaja de campo. Pero especular nunca es un acierto, y menos contra los Celtics (que se lo digan a los Bucks). La ausencia de Tyler Herro era objetivamente menor que la de Marcus Smart, y los Heat ya pensaban en el quinto asalto antes de empezar el cuarto. En lugar de aprovechar esa variante e ir a por un 3-1 que habría sido una sentencia, se atrincheraron en el conformismo y esperaron pacientemente a que se acabara un enfrentamiento en el que nunca quisieron estar.