al Real Madrid, con la esperanza de vestir de blanco el curso próximo, pero finalmente. En el Paseo de la Castellana hubieran deseado que el noruego esperase un poco más, una temporada concretamente, para no cohabitar desde el primer día con un Benzema con aires de Balón de Oro y un Mbappé que aterrizará en verano, confían desde la entidad, como la gran estrella del próximo proyecto. Quiso ser Galáctico, ese apelativo que el primer Madrid de Florentino (entre 2000 y 2006) convirtió en marca registrada, pero su fútbol terminará expuesto en otra galaxia, la azul cielo de Guardiola. No es la primera vez que un crack, por una u otra razón, se queda a las puertas del equipo blanco, siempre ávido de hacerse con los jugadores más talentosos del mundo...