La polvareda levantada a raíz de la publicación por El Confidencial de los audios de Piqué y Rubiales obligaron al presidente de la RFEF a comparecer ante los medios durante alrededor de dos horas para ofrecer explicaciones sobre el asunto. Además de exigir que se ponga el foco sobre cómo se han conseguido esos audios e insinuar sin decirlo quién está detrás de todo, «Se han dicho muchas cosas y poca o ninguna son ciertas. La gestión es clara, transparente, honesta y beneficiosa para el fútbol español», afirmó el máximo mandatario de la Federación, que negó cualquier tipo de ilegalidad en el acuerdo y señaló, según su postura, las falsedades de lo publicado.