No se salva nadie
El Atlético se la volvió a pegar y Simeone, a pesar de todo, es optimista. No le queda otra que hacer ver a sus futbolistas que confía en ellos, pero el rendimiento global durante los dos últimos meses no ofrece muchas certezas a las que agarrarse para creer. Los resultados son pobres, muy pobres, pero sorprende aún más ver a este Atleti tan poco competitivo. Es difícil rescatar a un jugador y considerarlo indiscutible ahora mismo. Sin fútbol, sin garra, con errores groseros de todo tipo, con lesiones y recaídas, sin Trippier y sin su sustituto, incluso sin fortuna. Los motivos para la esperanza escasean.


