Barcelona | Ferran se atasca
Ferran Torres volvió a sentarse con mala cara en el Benito Villamarín cuando fue sustituido. Y no tenía que ver con Xavi. El valenciano volvía a estar disgustado consigo mismo. No es la primera vez que emite gestos de frustración. Contra el Nápoles hasta rompió a llorar después de un partido en el que, paradójcamente, llegó a hacer gol aunque fuese de penalti. Un gesto que pareció demasiado tremendista y que habla, tal vez, de la presión que se ha metido el jugador, que le costó 55 millones de euros al Barça.










