Sube la exigencia y aumentan los problemas, pero las conclusiones se mantienen. Novak Djokovic, como ya dejó claro en Madrid y, sobre todo, en Roma, proclamándose campeón, vuelve a ser él. Está mucho más cerca de su versión ganadora, la que defiende título en París, que de su versión errática, la que mostró en su discontinuo inicio de temporada, marcado por su negativa a vacunarse. Quedó claro en su debut en Roland Garros,, y lo ha ratificado ante el eslovaco Alex Molcan, 38º del mundo. 6-2, 6-2 y 7(7)-6(4) para alcanzar la tercera ronda francesa por decimoséptimo año seguido, en la que se enfrentará al esloveno Aljaz Bedene, 195º del mundo.