Hubo un hombre que, durante seis meses, destronó al bipartidismo Benzema-Higuaín. En Togo se le llamaba Emmanuel y en Madrid, Manolito. Un gigante de 1,92 metros que dejó huella en Londres, Mánchester, Madrid, Kayseri y hasta Asunción. Y en casa, pues llegó a acusar a su madre, con la que no tiene buen trato, de hacer brujería para arruinarle la carrera. Porque Adebayor -he aquí su nombre artístico- es una de esas personas que está tardando en publicar su autobiografía. Y es que su vida es una historia como pocas, y aquí va un pequeño resumen: desde su amago de suicidio en Metz hasta su ONG para la 'independencia' de África, pasando por una carrera futbolística de 11 equipos. Y ojo, que oficialmente no está retirado; al menos a día de hoy sigue sin haberlo dicho de manera pública.