La Copa es de despegue vertical. Pega el estirón de cuartos hacia arriba, cuando se otea la final y desaparecen las rotaciones. Más para el Athletic, devoto del torneo desde su inicio a nuestros días (ha jugado y perdido las dos últimas finales, un dolor). Es, pues, el momento de los mejores, aunque, como en el caso del Madrid, haya que ir a rogarlos y buscarlos al otro lado del océano. . Así llegan a San Mamés Casemiro y Vinicius, dos titulares sin relevo de su tamaño, como casi todos en el Madrid, obligados por FIFA a jugar dos partidos premundialistas intrascendentes con Brasil (el centrocampista disputó solo uno). Militao volvió antes por su amarilla ante Ecuador, que le liberó del duelo ante Paraguay. Los tres y Rodrygo estarán hoy, cansados pero sanos .