En el marco incomparable de las remozadas instalaciones de Lezama, con la nueva Residencia luciendo la placa del apellido simbólico de Iribar, con el propio mítico portero abriendo la cortinilla, Aitor Elizegi se mantiene al margen de la vorágine electoral que devora la actualidad del Athletic: «Las veo desde la barrera. Agradezco a tres socios y a su grupo de trabajo que den este paso, nos consta lo difícil que es ser precandidato por el tiempo a dedicar, rl esfuerzo que van a realizar por la renuncia a sus entornos cercanos. A los tres les transmito que en lo que podamos ayudar al próximo presidente vamos estar en la distancia que él decida, sea cerca o lejos, lo que necesiten. Sabemos lo que duran las derrotas en el Athletic, la victoria dura 90 minutos y la derrota 14 días», señala.