Jorge Valdano: Ni Pep, ni el Cholo, manda el fútbol | Deportes | EL PAÍS
Cuando llega la Champions, el Madrid en el Bernabéu es como Nadal en Australia, pero todo el rato. Sufre, parece perdido, juega a borbotones y sin que resulte fácil saber la razón, viniendo del abatimiento alcanza la gloria. Es Luka Modric el que mejor enseña que hay un tiempo para sobrevivir épicamente y estocadas como sobresaltos que te cambian la vida. Para lo primero hace falta coraje, para lo segundo talento. Todo en proporciones superlativas., Modric era un marinero en medio de un naufragio, tapando agujeros para que el barco no se hundiera. Pero, ¿por qué donde hay esfuerzo no va a ser posible la belleza? Lo cierto es que, en medio de los furiosos oleajes de ese partido ingobernable, a Modric le bastó un toque delicado con una trayectoria mágica que solo necesitó de alguien que terminara en gol.. Entonces la tempestad cambió de bando.


