Los cracks que no llegaron al Paseo de Leyendas del Atlético
Un goleador de pura cepa. Es el mejor premio Pichichi de la historia del Atlético con los 35 tantos que marcó en LaLiga 1988-89. Sumando todas las competiciones, esa temporada acabó con 42 goles en su cuenta particular, lo que le sirvió para acudir y ganar la Copa América con Brasil. Jugaría una campaña completa más de rojiblanco (18 goles en Liga y uno en Copa) antes de salir al Oporto con el campeonato 1990-91 ya iniciado, ya que la llegada de Schuster le dejaba sin hueco en la plantilla por no poder inscribir a más de tres extranjeros. Ese adiós le privó de llegar a la centena de encuentros en el club. Antes del Atlético había jugado en el Celta, donde también recuerdan su olfato anotador después de los 34 tantos en Liga claves para que los gallegos lograsen el ascenso en la 1986-87. Una temporada de ensueño como rojiblanco que le ha servido para tener su nombre marcado en la historia del club.