David Alaba ha vivido una temporada para estar exultante. El defensa, que llegó el pasado verano con la carta de libertad, no ha necesitado periodo de adaptación al Real Madrid. La transición de la pareja Varane-Ramos al dúo Militao-Alaba fue un proceso instantáneo. Y el austriaco, que cumple 30 años el próximo 24 de junio, ha culminado su primera campaña como madridista de la mejor manera posible: con la Champions y la Liga (amén de la Supercopa de España) y convertido en un icono gracias a su celebración silla al cielo al culminar la remontada en octavos contra el PSG. La temporada que viene le planteará un nuevo desafío. El fichaje del alemán Antonio Rüdiger, pendiente del anuncio oficial, le hará reubicarse en el lateral izquierdo, la posición en la que irrumpió y creció en el Bayern.