A veces gana el que menos se espera. Pero si estás en un Concurso de Triples no va a ser por casualidad. Ésa era la mentalidad de Karl-Anthony Towns cuando se vio el último en las apuestas para este reto triplista del All-Star de Cleveland. En su contra el ser, pese a su buen toque para los tiros exteriores, un jugador de 2,11 metros que juega como pívot. Nadie lo había ganado jugando el grueso de sus minutos en la NBA en esa posición. Los Bird, Love o Nowitzki se llevaron el trofeo años atrás siendo altos pero sin cumplir esta condición que sí sube a Karlito, el dominicano que lleva cerca de una década intentando elevar a los Timberwolves a cotas más altas, a los cielos.